Hablé de ti durante 20 minutos, le conté que te conocí siendo una niña y que a mis 15 me enamoré de ti, le conté de los días de juegos y las tardes corriendo, de cómo me enseñaste a andar en bici porque querías que fuéramos juntos al parque, de cómo curaste la herida en mi rodilla luego de que aquel perro se atravesó en mi camino y perdí el control del manubrio. Hablé de los muchos sueños que queríamos compartir, de la estrella que me regalaste para colgar en mi pared, de las tardes que me ayudaste con los deberes de la escuela para poder ir al cine sin pendientes.
Y en últimos 5 minutos, le conté que un día, después de años de conocernos y 21 meses siendo novios, te vi caminando de la mano de alguien más, y de tu mirada diciendo «niña, nuestro tiempo terminó», y de cómo no volvimos a hablar y ni siquiera tuve una explicación, un motivo, una razón… Y así, en 20 minutos y una tarde lluviosa, nuestra historia terminó.
©Angeles Lezca, Diciembre, 2019.
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